domingo, 4 de diciembre de 2011

Ritmo entre telones



Lo nuevo del cuarto encuentro dentro del Festival, fue sin duda el lugar que lo acogió. Se trata de "Alba Flamenca", espacio escocés que guarda todo su rincón a lo español. A su comida, a su pintura, a su decoración, a sus gentes, a su olor…y a su música. El flamenco es el Padre Nuestro de este local, que vibra cada día a golpe de taconeo.

En Spanishness and Food, Cinemaattic y Alba Flamenca consiguieron aunar sus fuerzas, multiplicando la efectividad en el traslado del espectador a la cultura española. Ver los cortometrajes desde un espacio que recrea parte de aquello que estamos tratando, hace que ganemos en autenticidad.

Ése era el espíritu de la reunión, disfrutar de los contenidos que nos ofrece el Festival en un ambiente diferente, pero adecuado a las circunstancias. La mezcla de género primó en la selección de cortos para esta ocasión.

Aun con temáticas muy diferenciadas podemos encontrar un denominador común: la música. Ritmo (2009) nos permite volar a través de una sucesión de sonidos que se van entremezclando hasta conseguir una melodía pegadiza con predominio de los timbales. La Chanson de Satie, donde la música francesa de Arthur H. adquiere toda la fuerza, juega con la animación, el blanco y el negro, las luces y las sombras, para poner en evidencia una historia de amor que está a punto de llegar a su fin por la marcha de ella. Pero ellos se siguen declarando su amor. El Aparecido, con una nominación a los Goya en 2001, nos presenta una coreografía animada sobre la vida y la muerte, basada en la pieza de Manuel de Falla, La danza del terror.

Y así, entre la caída de la peineta de la bailaora y las palmas de fondo que marcan su compás, me veo comiendo unas tapas acompañadas, cómo no, del mejor vino. Tras el descanso, y tras aprovechar para inmiscuirme en cada uno de los recovecos de este peculiar lugar más cercano a lo mío, pero en medio del gélido Edimburgo, vuelvo al asiento.

Allí, lo que me esperaría, es una de las mejores cintas que he podido visualizar. Se trata de Paseo (2007), de Arturo Ruiz Serrano. Salimos de la canción y el baile característicos de nuestro país, para adentrarnos en uno de los momentos históricos que marcaron irremediablemente nuestra forma de vida.

La imaginación es la llave que nos permite todavía respirar. Los tres protagonistas hacen uso de ella para liberarse, tal vez porque es lo único que no les ha sido arrebatado. Todos ellos están esperando…el paseo, una espera dibujada de forma sencilla, como si de una cuestión cotidiana se tratara, y una espera en la que los tres individuos tratan de reconciliarse consigo mismos. Con la mezcla de un humor entrañable y el más riguroso drama, Paseo pretende dar una visión diferente de nuestra Guerra Civil, donde lo más cruel, radica en que el conflicto se creó entre hermanos. Un homenaje a todos los caídos, donde se muestra una puesta en escena sobria, contemplativa, desapacible, pero donde aún hay un lugar para el consuelo. La lucha por la fraternidad es, paradójicamente, lo que aún les anima a mantenerse vivos.