miércoles, 7 de diciembre de 2011

¡Hasta pronto!


La `Gala de Clausura´ que puso punto y final a la tercera edición del Spanish Film & Arts Festival, nos permitió revivir algunas de las sensaciones que rozamos en el primer encuentro. Inspace, era de nuevo el lugar que nos recibía. Con sus muros blanquecinos, pilares que desorientan, y luz indirecta, proyectó un total de siete cortometrajes, que pusieron a flor de piel las emociones de todo un público. Y es que tuvimos para todo. Para reír, para llorar.

En esta sesión, vale la pena empezar por el final. No sólo empezar, si no también detenernos. Un Dios que ya no ampara (2010), fue el cortometraje que cerró el bloque, dejando el pabellón muy alto. Y es que la temática del proyecto de Gaizka Urresti, que optó a los Goya el pasado mes de febrero, es ya en sí misma muy compleja.

Un corto en el que se muestran las vivencias y estados emocionales de un grupo de padres cuyas vidas han sido marcadas por el Síndrome de Angelman que padecen sus hijos. Todo ello, enfocado desde la visión personal e íntima del periodista Miguel Mena, que sirve como punto de partida en este viaje hacia el Moncayo, lugar hacia donde al que viaja nuestro protagonista, en una búsqueda desesperada de respuestas.

El desconcierto y desconsuelo inicial de los padres, el tenue rechazo social a la diferencia, y el amor incondicional de un padre hacia su hijo, sea cual sea su condición, son los ingredientes que configuran esta espléndida obra. Veinte minutos que penetran en los oyentes y empujan a la reflexión. La música de Juan Aguirre nos acompañó en este camino, haciendo dudar hasta al más ferviente creyente, de que hay ciertos momentos donde, inevitablemente, te preguntas si es cierto que hay un Dios que nos ampara.

Y a pesar de que el final tuvo mucho impacto, no podemos dejar de lado otros compañeros de reparto en este evento, que tuvieron también su "huequito". El orden de las cosas (2010), fue otro de los grandes. También nominado para los Goya en la pasada edición, este original cortometraje denuncia la violencia de género a través de su simplicidad y simbología. La película quiere dar un paso más allá, y tras la manifestación de dicha violencia, que la expresa pero sin mostrarla, pasa a darnos un mensaje esperanzador, de ánimo al habla, a la toma de decisiones y a controlar "el orden de las cosas".

Tras tanta sensación disparada, y poner sobre la mesa algunas de las problemáticas más desgarradoras que existen en nuestro día a día, cortometrajes como Un novio de mierda, Burbuja o Los 4 Mcnifikos, se encargaron de darnos ese respiro necesario. La comedia, la burla o la superficialidad y banalidad de algunas actitudes de jovenzuelos, son los ejes sobre los que giraron este grupo de filmes.

Perfecto equilibrio entre el melodrama y la pantomima. Equilibrio que marcó la diferencia.